Cecilmarie Rivera

Querido hijo:

Eres un ser especial en la vida de cada uno de nosotros los que te conocemos, eras de buen corazón, servicial, buen hijo y buen padre. Siempre Te amaremos y nunca te olvidaremos. Que en los brazos de Nuestro Señor Jesucristo te encuentres durmiendo en la esperanza de la Resurrección que nos ha prometido en la próxima vida.

Te amamos por siempre.